La resistencia del perol

Natalia Melón – laura-melon@javeriana.edu.co

Eduardo Garnica Torrado y su banda los Balde Boys reinventan cada día la palabra resistencia. Desde su casa, inmersa en las montañas capitalinas, Bogotá Garnica habla de su arte, inseparable de sus convicciones.

FOTO: Natalia Melón

En la plaza principal de algún barrio popular de la ciudad de Bogotá Garnica, como todos llaman a Eduardo Garnica Torrado, canta una adaptación de “el doctorado” en la cual entre la sátira y la ovación del público hace burla del escándalo del alcalde Peñalosa por mentir sobre sus títulos académicos.

Los baldes retumban con los golpes contundentes de las baquetas, pasan sin sacrificio del ritmo de corrido con trompetas improvisadas con la vibración de los labios al del reggaetón. Agudiza el final de las palabras, no repara en la dicción, Garnica está engomelizado y listo para cantar los versos que, a su parecer, diría el alcalde: “No tengo conocimientos que por lo menos estén certificados, todo lo verde se tapa en cemento, el pavimento es mi sueño mojado”.

Hacer música, fumarse unos plones, hablar de política, actuar a través de ella, reírse, llorar, vivir la vida de la manera en que se desee es el legado de alguien que representa que no todos los sueños son materiales, que se puede vivir haciendo lo que se ama saliéndose un poco de las restringidas esferas sociales donde hay que adaptarse para sobrevivir. No todos sueñan con tener millones en los bolsillos, algunos solo sueñan por soñar.

Directo Bogotá: Con riesgo de hacer una de las famosas ‘preguntas chimbas’ de Vargas Lleras, ¿Cuál es tu sueño más grande?

Eduardo Garnica: Mi sueño más grande… que cada quien pueda hacer lo que quiera hacer y que nadie lo joda.

En la calle sexta, apenas llegando a la carrera 0, yace un pequeño barrio, rezago histórico de Bogotá. Las folclóricas tiendas simulan un pueblecillo inmerso entre las montañas capitalinas; allí vive Garnica, me recibe con un caluroso abrazo, haciéndome sentir que la pequeña travesía que emprendí para llegar en medio de la noche valió completamente la pena.

En el apartamento compuesto por unos 30 m2 Garnica, balderista y segunda voz de los Balde Boys corta el pelo de su compañera amorosa, con quien busca trasgredir los esquemas de lo normativo desde hace 8 años, si enamorarse es una manera de resistir, tener un poliamor ha de ser un acto de emancipación absoluta.

Eduardo Garnica: ¿Te importa si te respondo mientras peluqueo a Aleja? —intuyo que es algo que en realidad debe hacer.

DB: No, no hay ningún problema

Él, de 1,68 tal vez, con las dos rastas que bajan por su espalda, su pelo rizado y barba completamente teñidas como un algodón de azúcar azulado, grafila el pelo de esta chica sentada en medio del salón de belleza improvisado que es a la vez la sala de estar. Sus manos manipulan las tijeras con destreza y dejan ver las uñas pintadas de magenta.

Cuando los Balde Boys están en el escenario los baldes blancos y amarillos aún con la estampa de ‘pintuco’ sirven como tamboras, también hay peroles que resuenan con ritmos de cumbia, currulao y el conocido reggaetón, mientras tanto la canción reza: “Domíname, domíname que yo te legitimo…”

DB: ¿Cómo nacen los Balde Boys?

EG: Surgen como un parche de sociólogos de la Santo Tomás, un día, en clase empezaron a darle a los pupitres y a improvisar una canción que le escribieron al lugar en donde echaban polas ahí cerquita a la universidad. Empiezan como unos panas parchándose los sonidos, a alguien le pareció interesante lo que estaban haciendo y los invitaron a tocar, todo fue muy de sopetón.

FOTO: Natalia Melón

DB: ¿Qué inspira la música que hacen?

EG: Los 5 músicos que estamos ahorita tenemos mucha cercanía a las ciencias humanas, somos sociólogos, gestores culturales, comunicadores sociales y politólogos, entonces digamos que siempre ha sido la inconformidad frente a la realidad del país, pero también nuestra forma de ver el mundo, reivindicando nuestras formas disidentes de ser y de estar en el mundo, estar borracho, estar drogado, estar inconforme, estar no heterosexual, estar medio anarco, estar medio emputado o medio marica.

DB: Hay una gran diferencia entre canciones como “Mi novia se murió en un pogo” y “Desaparecidos”. La primera mucho más humorística y la segunda con un mensaje político. ¿Qué quieren transmitir en la diferencia?

EG: Siempre lo que hemos pillado con los baldes es que somos personas que tienen dos características fundamentales, uno, estamos muy rayados con el entorno y hay cosas que queremos decir y dos, somos gente que tiene mucho genio para decir chistes y guevonadas, lo que queremos hacer con eso es ser muy sinceros con quien nos escucha y no hacer un montaje de algo ficcional, sino que si bien hay una ficción detrás en la construcción poética, nosotros no somos una ficción, realmente somos los Balde Boys.

DB: ¿Por qué utilizar los baldes como instrumentos?

EG: Queremos hacerle una especie de contrapeso a la industria de la música y a la música como un formato tan bien establecido, lo que queremos hacer con eso es decirle a la cultura legítima que no solamente ellos tienen las herramientas de denunciar sino hasta el que improvisa en un bus y lo hace bien también puede hacerlo. Le planteamos esa crítica al mundo de la música del formato batería, guitarra, bajo.

DB: ¿Piensan incorporar otros instrumentos?

EG: Yo estoy pensando en una cosa nueva que no les he dicho a ellos que es hacerme un set de percusiones con instrumentos sagrados, pegarle a una biblia, pegarle a un cristo, pegarle a una estatua del niño Jesús. Trabajar con otros sonidos.

DB: ¿Qué piensas del gobierno actual?

EG: ¿Quién es el que está de presidente ahorita? Aaah el marrano este. Lo que creemos del man, es que es fracking, es muerte, es violaciones a los derechos humanos, es desapariciones que suceden cada día, es todo contra lo que cantamos, lo que nos significa el gobierno actual es muchas ganas de seguir frenteando esa situación a través de lo que hacemos.

DB: ¿Qué tan políticamente activos son los Balde Boys y en qué clase de actividades políticas participan?

EG: Cada uno tiene una especie de militancia con la vida, el Mosco trabaja lo audiovisual con población marginada, Santi trabaja con la ONU en El Salado, Pocos Dientes trabaja en Buenaventura con Médicos Sin Fronteras, el activismo de Roro es netamente los Balde Boys y yo nunca me he organizado con nadie pero sí he trabajado con organizaciones de izquierda y progresistas, siempre buscando plantearnos lo simbólico.

Estamos prestos a asistir a todo el mundo, las organizaciones de barrio nos invitan y vamos a tocar gratis, siempre tenemos el espacio para colaborar con parches que están comprometidos con vainas que no son el capital.

DB: ¿Cómo resistir a través de la música?

EG: Creo que tenemos una idea bastante genial, genial en el sentido de que tiene genio, que mueve cosas en la gente, la verdad que es una cosa bastante distinta, que la gente la siente muy cercana, en ese sentido, los Balde Boys han tenido la posibilidad de dialogar con la gente de a pie y la gente de los barrios populares sobretodo.

DB: ¿Cómo nace el culto al Old John?

EG: La canción “Old John con peche” fue una de las primeras que coge resto de vuelo y se hace como una cosa de parche, pensando en que a lo bien la farra chirreta de los sociólogos, la falta de plata y demás llevó a que todos probáramos el Old John inevitablemente y decidimos declararle el amor al Old John porque sí, entre otras cosas, porque de los tragos baratos es como de los menos pailas también en términos de lo que pasa más breve por el gaznate.

La canción coge tanta fama que decidimos incorporar ese culto como cosa nuestra, no es un culto ficticio, seguimos tomando Old John en las farras, de hecho, mira, tuvimos el ultimo toque y ahí hay una botella, es parte del show y de la estética de la banda.

DB: ¿Existe la posibilidad de que un día te veas vestido de corbata trabajando para una empresa?

EG: Ese temor estaba antes, cuando estaba un poco más pelado, terminando la carrera y tal decía como, bueno y si esto no da lo suficiente, pero ahorita el hecho de manejar algunos símbolos como tener el pelo pintado de azul o pintarme las uñas, también me dicen como “parcero esa fue su decisión”, nadie me va a contratar con el pelo así y tampoco pasa por mi cabeza esa búsqueda porque también siento que podemos plantearnos una forma alternativa de vida.

DB: ¿Qué simboliza tu pelo azul y tus uñas pintadas?

EG: Es un tema de lo heterodisidente, de no ser tan hombre y tan vieja cada quien, para mí ha significado encontrarme con mi feminidad, de plantearme que el hecho de ser heterosexual no significa que tenga que ser violento, fuerte, dominante. En mi caso usar ropa femenina implica una ruptura con lo que es la heteronorma que exige la sociedad.

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Es un proyecto de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana, dedicado al periodismo digital, la producción audiovisual y las narrativas interactivas y transmedia